Margarita Salas Falgueras

07.05.2021

Además de un referente en el campo de la biología molecular, Margarita Salas era una científica conocida por la ciudadanía, algo que en un país como el nuestro es casi un milagro. Y mucho más tratándose de una mujer. No solo ha sido una de las científicas más importantes de los últimos cincuenta años en España, sino que también ha sido una gran investigadora. Como formadora excelente, por su laboratorio han pasado decenas de investigadoras e investigadores que se llaman a sí mismos los 'margaritos'. 


Érase una vez, una niña nacida en Canero, Asturias, en 1938. Margarita fue hija de José Salas Martínez, médico y que influyó en ella, alentando su interés por las ciencias, y de Margarita Falgueras Gatell, maestra. Tuvo dos hermanos, también científicos: José Salas Falgueras y María Luisa "Marisa" Salas Falgueras.

A los dieciséis años se marchó a Madrid para realizar las pruebas de acceso de Química y Medicina. Ingresó en la facultad de Químicas y en el verano de 1958 conoció a Severo Ochoa, quien tuvo influencia en su carrera y la orientó hacia la bioquímica. Realizó su doctorado con Alberto Sols.

Tras licenciarse en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, en 1964, junto a su marido, Eladio Viñuela, y ante la falta de financiación en España, emigró a Estados Unidos, al Departamento Científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde trabajaron junto a Severo Ochoa hasta 1967. Gracias a la financiación americana para desarrollar la biología molecular volvieron ese año a España, donde fundó el primer grupo de investigación en genética molecular del país.

Entre los logros de su carrera, Salas cuenta con el descubrimiento de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, que tiene una aplicación crucial en biotecnología: permite amplificar el ADN de manera sencilla, rápida y fiable. Básicamente ensamblaba moléculas de ADN mucho más rápido y con mucha más precisión que otras moléculas. Por ello se usa en medicina forense, oncología y arqueología, entre otras áreas. "Esta polimerasa se usa en todo el mundo y se aplica en análisis genético, forense y paleontológico, entre otros", explicó en una entrega de premios la propia Salas. "Cuando uno tiene cantidades pequeñas de ADN, como un pelo hallado en un crimen o unos restos arqueológicos, esta ADN polimerasa amplifica millones de veces el ADN para poder ser analizado, secuenciado y estudiado", añadió. Por ejemplo, a nivel médico, permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores y así estudiarlos con más facilidad y rapidez.

Sin embargo, el suyo no fue un camino de pétalos de rosas, sino un camino de baches con un escollo realmente duro: el machismo en el mundo de la ciencia. Como apuntaba a finales de 2018 en una entrevista a SINC, cuando ella era joven, "a las mujeres no se nos consideraba capacitadas para investigar. Incluso mi director de tesis, Alberto Sols, era muy machista. Aunque después se convirtió". Aunque sí es consciente de que esa mentalidad machista del año 1961 ha cambiado enormemente, afirmando que "ahora es distinto, estoy muy bien considerada". De hecho, sobre el papel de la mujer en la ciencia se mostraba muy directa: "Yo no quiero cuotas, no quiero que a las mujeres se nos dé nada por el hecho de ser mujeres. Que se nos dé si lo valemos, pero que no se nos quite por el hecho de serlo".

La investigadora del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, en Madrid, siempre ha defendido la ciencia como método esencial del desarrollo humano. "Lo importante es hacer investigación básica de calidad, y de esta pueden salir resultados aplicables que no son previsibles a primera vista. Y sin embargo salen y pueden ser rentables", afirmaba Salas.

A lo largo de su carrera, Margarita Salas recibió numerosos premios internacionales y nacionales, entre los que se encuentran la Medalla Mendel, el Premio Rey Jaime I, el Premio Nacional Ramón y Cajal, el Premio L'Oreal UNESCO y la Medalla Echegaray otorgada por la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. (fue la primera mujer en recibirla). Salas fue además miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

El 7 de noviembre de 2019, fallece de una parada cardiorrespiratoria tras una complicación de una dolencia digestiva de la que iba a ser operada.


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