Wallada bint al-Mustakfi

13.04.2021

Princesa andalusí de Córdoba y poetisa criticada por muchos como inmoral y libertina, Wallada no sólo fue fuente de inspiración para poetas posteriores, llegando incluso a ser citada en "Las mil y una noches", sino que también fue un ejemplo de libertad y feminismo ante una religión opresiva y discriminatoria propia de la época.


Érase una vez, hacia el año 994, una princesa hija del califa al-Mustakfi nacida en Córdoba. Creciendo entre los mayores lujos de la época, la princesa Wallada desarrolló un carácter social excepcional, encantando con su personalidad a cualquier persona que le fuera presentada. Pasados unos años, el interés por el mundo de las letras hizo que en 1025 Wallada formara su propio salón literario, donde se dedicó a educar a chicas de buena familia y al que acudían también los poetas y literatos de su tiempo.

Actualmente, apenas se conservan nueve poemas suyos, de los cuales cinco son satíricos, dándole cierta fama de atrevida y mordaz. Además, en sus versos también aparecen algunas alusiones un poco subidas de tono, que junto a las represalias de sus enemigos, motivaron que pasara a la historia como inmoral y libertina, a lo cual contribuye el hecho de que no se casó nunca, y se le conocieron varios amantes. En las referencias biográficas, aunque un tanto tendenciosas, que existen sobre ella, y también por los versos de su amado, el poeta lbn Zaydun, podemos percibir una Wallada sensible y refinada, que reunía a literatos y pensadores de la Córdoba califal, con el espíritu que, varios siglos más tarde, se dio en los salones parisinos de los siglos XVII y XVIII.

A su salón también acudían poetas y literatos de su tiempo, junto a personajes jurídicos prestigiosos que se admiraban de su genio y belleza. Entre sus cualidades se destacaban atributos físicos como el de una belleza de cabello rubio-pelirrojo, piel clara y ojos azules, además de ser inteligente, culta y orgullosa. El andar por la calle sin velo y sus versos bordados en los hombros de sus vestidos son ejemplos que atestiguan su personalidad altiva. Como si se tratase de una divisa, que proclamaba su independencia y sentido de libertad, llevaba estos versos suyos bordados en su túnica:

"Estoy hecha por Dios para la gloria, y camino orgullosa por mi propio camino. Doy poder a mi amante sobre mi mesilla y mis besos ofrezco a quien los desea".

Lo que se conserva de la obra literaria de Wallada es poco frente a lo que se cree que realmente escribió. Su genio creador se debe a una vasta formación literaria que pudo obtener gracias a su posición en la familia del califa. Fue conocida como la mujer más culta, famosa y escandalosa de Córdoba; en sus obras demostraba gran artificio y conocimiento de las tendencias artísticas de la época y era muy admirada por su capacidad para crear versos. Los poemas que perduran hasta la actualidad están directamente relacionados con su relación con Ibn Zaydun, la cual ha llamado la atención a lo largo del tiempo por la romantización que de ella se conserva. 

"¿Acaso hay para nosotros,
después de esta separación, una salida;
puede quejarse cada uno de nosotros
de lo que ha sufrido?
Pernoctaba yo en los tiempos
de nuestras visitas mutuas durante el invierno
sobre las brazas crepitantes por la pasión.
¿Cómo, pues, estando en la situación de este abandono,
ha apresurado el destino lo que yo temía?
Giran las noches y no veo el fin.
De nuestro distanciamiento,
ni la paciencia me libra
de la esclavitud de mi anhelo.
Riegue dios la tierra donde estés
con toda clase de lluvias copiosas". 

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